Lourdes Solórzano, de 22 años, es el gran talento tucumano dentro de la equitación. En 2024 compitió en el National Polo Center de Wellington (Estados Unidos) y luego se presentó en Miami. Además de ser amazona, es entrenadora y busca difundir el deporte en la provincia. En definitiva: quiere que haya más amazonas en Tucumán.
Solórzano cuenta que el hipismo siempre formó parte de su vida. Su padre, Raúl Solórzano, y su madre, Lourdes Cossio, se conocieron dentro del deporte. “En la mesa sólo se habla de caballos. Mi mamá sigue compitiendo y mi papá juega al polo”, señala. Incluso crían equinos y fundaron un haras llamado La Liófila en Tapia.
Para Lourdes, difundir la disciplina es un desafío, sobre todo por la falta de semillero. “Ahora se puso en marcha y hay más chicos que se están sumando. Tratamos de abrirlo, pero es difícil”, reflexiona. La amazona dedica alrededor de ocho horas diarias al hipismo, que combina con otras responsabilidades laborales.
En cuanto a sus próximos desafíos, anticipa que la semana que viene competirá en equipo en Santiago del Estero, con la mente puesta en prepararse para las grandes competencias.
Una amistad hípica
María de la Paz Rivkin practica equitación desde hace dos años. Se inició gracias a su mejor amiga, Lourdes Solórzano, quien la animó a probar el deporte. “Ella es mi mejor amiga y me insistió varias veces para que me subiera a un caballo”, cuenta.
Durante su presentación en Tapia, superó casi todos los obstáculos a la perfección: sólo derribó una valla en el recorrido. Ese error, según explica, se debió a la falta de entrenamiento reciente. “Esta semana retomé las prácticas porque venía complicada con los horarios, y me animé a saltar. Además, todo depende de cómo se levante el caballo”, explica.
“Durante la semana estoy enfocada en la facultad y el trabajo. Este fin de semana me vine a despejar la cabeza. Mi objetivo es divertirme”, concluye.